Hoy es un buen día para agradecer.
Y para pedir perdón a aquellos con los que comparto el día a diá. Por eventual falta de tolerancia. De confianza y de compreensión.
Y a mí misma. Por la postergación. Por la complacencia con mis inferiores.
Es un buen día para ser feliz.
Feliz día.
viernes, 24 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)