jueves, 29 de enero de 2009

La voluntad del Padre

Epílogo
Observo por distintos ángulos, que la sociedad humana sufre un descenso en sus valores.
Se ven crímenes insospechados en las familias, escuelas, universidades ...
La barbarie choca intencionalmente aviones llenos de pasajeros en contra de edificios también llenos de los seres humanos ...
Está la decepción de las personas que invierten su tiempo, su energía casi totalmente a una carrera y al final las empresas no les recompensa la lealtad y los descarta por quienes piden salarios más bajos ...
O el sufrimiento de aquellos que se jubilan y descubren que son vistos y tratados como si ya no tuvieran ninguna utilidad social ...
Hay tantas formas de diversiones, fiestas para diferentes gustos, pero carecen de la renovadora alegría de estar con los otros ...

Es como si faltara raíces, como si cada individuo tenga que crear, de por si, sus propias soluciones. Como si cada quién tuviera que inventar de nuevo a la rueda. Como si el pasado no les sirva más como guía ...

Y yo me pregunto: "¿Hay algo más a vivir que la vida que s está viviendo"?

Veo, por otro lado, que las personas son buenas, independientemente de su nacionalidad, la fe o la falta de fe, raza, genero, nivel social ... Que, en general, hay buenas intenciones, el entusiasmo y la solidaridad.

Lo que falta, entonces? reflito.

Observo aún, un vacío en el centro de la vida espiritual.
Y la forma de vida señala la falta de una visión organizada, constructiva, proactiva, comprometida.
Falta un sentido de YO SOY EL QUE SOY.
E que sea esto la base sobre la que se construye el proprio mundo. De que esto es lo que fundamenta mi vida.
Los que tratan de encontrar tal centro apenas en el trabajo, se encuentran con la decepción ...
Los que quieren construirlo en la familia se sorprenden cuando los hijos adolescentes insisten en que quieren dirigir sus propias vidas, o cuando ya adultos se van a diferentes partes y se encuentran tan pocas veces a lo largo de la vida...

Y así, otra vez me pregunto: "como las generaciones anteriores encontraron sentido a la vida?"

De mi parte, estoy apostando que el cumplimiento de la Voluntad del Padre, y la construcción de una amistad verdadera, íntima, sincera con el Él y con las personas, se puede llenar este hueco oscuro que nos consume por dentro.

Creo también, que la sociedad consumista ya sabe que el consumir, el tener todo que se quiere, lleva hasta a una altura de la ruta. Conduce a una vida confortable y a la satisfacción material. Lo que es bueno y necesario. Pero sólo lleva hasta este punto.

Entonces, ¿quién sabe?, con las necesidades básicas satisfechas, nos preguntamos, "¿cuál es el siguiente paso"? Desde donde estamos, ¿con qué avanzará la sociedad humana?

Estas son las preguntas que me hago hoy y que comparto aquí en el blog.

Feliz tarde, amigo.