domingo, 25 de enero de 2009

LA VOLUNTAD DEL PADRE

Segunda parte
Hay miedo de cumplir con la Volunta Divina cuando se pierde la referencia de lo mucho que somos amados por el Creador.
Cuando no vemos como todo está preparado para realizarmos y vivir lo mejor de nosotros.
Pero si observamos a los hijos o a alguien que nos sea muy querido tenemos la referencia de este amor y cuidado.


Sentimos un gran amor por estas personas, sin lugar a dudas.
- Entonces, ¿por qué dudar del amor del Creador por sus creaturas?
Debemos admitir que este amor tiene un origen, que no lo inventamos.
Y la ley nos dice que “como es arriba, es abajo”, de otra forma.
Así que es el mismo Creador que nos entrega su Amor para que amemos.

Pero el miedo nos impide el cumplimiento de la voluntad divina, impide la entrega, el cambio de corazón. Cierra la confianza. Aunque la mente sepa que es lo mejor para uno, el miedo en las emociones no lo permite. El ego cree que entregarse es la muerte. Y tiene pánico a la muerte. Es natural que así sea, ya que esto está más allá de su círculo de comprensión.

Por temor uno se pone a controlar todos los detalles de la vida.
Sólo el Amor saca el temor de nuestro camino.
Y lo descubrimos cuando vislumbramos el respeto y la consideración que el Padre tiene hacia nosotros.
Él no trata de doblegar nuestra voluntad.
Por el contrario, nos ha dado el libre albedrío para decidir qué hacer.
Y nos atrae hacía Él desde las más diversas formas; Él nos atrae siempre para tener las oportunidades de vivir mejor.

Ya sabemos que encontramos el amor en la familia, los amigos;
Y en respeto y consideración, en la misericordia y la tolerancia aún de desconocidos.
Y en ellos terminamos por encontrar un salvador, un hermano, un amigo.
El Padre mismo.

Feliz día, amigo.