sábado, 13 de diciembre de 2008

Fidelidad


Agoniado, mi corazón me pone a cantar
una canción para hacer dormir a los niños;
una canción para aliviar la cansancio del cuerpo.
Una canción de suave entrega.

Mi corazón se lo veo ocupado...
No con las cosas que él desearia realizar.
Tampoco lo veo indiferente, distante.
Observandolo más detenidamente, parece tranquilo.

¿Dónde estará mi corazón?
¿De que se está ocupando?
¿A qué ha entregado su lealtad?

Él me contesta y me lleva de viaje
A una casa grande en el campo,
A los primordios de mi niñez...

¡Sorprendome!
Pero... ¡no es la casa de mis padres!...
¡Es la casa de mis abuelos paternos!!!...

Examinola con curiosidad... esta casa llena de cuidado de abuelos,
Llena de tíos y tías, llena de olores y canciones,
donde me era permitido dormir en el banco de la cocina.

¡Aquí está mi corazón! ¡Su apoyo, su base!
Allí reencuentro mi amor.
¿Vamos a seguir camino, corazón?

Esta casa ya no está... Mis abuelos se han ido...
Mis tíos se casaron... ¡Y yo crecí!...
¡Otras estaciones nos esperan, corazón!...

Feliz dia, amigo corazón.