miércoles, 10 de diciembre de 2008

Ser o No Ser: Volver al Amor
(Parte I)


El "desafío intelectual" a lo cual me he referido en la reflexión del 8 de Diciembre, tiene sus raíces en por lo menos dos aspectos de mi cultura local y planetaria. ¿Será el Amor la alternativa humana? ¿Cuál amor?

Puede ser un desafío quizás más predominante en la mente humana después de los 1.700. Pero, me concentro en lo que ha ocurrido después de la Segunda Guerra Mundial.

El amor como una forma de vida, ha sido cuestionado por el Hombre. Por cierto en todas las religiones y vertientes espirituales... Independiente de genero, raza, clase social y económica.

El hombre ha preferido otras formas, menos brillantes que el Amor Impersonal como actitud mental frente a la vida y a si mismo, principalmente. Ha menospreciado los valores universales.
Los motivos son justificables, pero no permanentes.
¿Por qué seguimos justificándonos en ellos?
Tal vez, más bien, necesitemos tener definido con precisión el sabor del dolor de la separación de la Unidad Universal Amorosa, y el sufrimiento producido por el egoísmo. Qué hemos decidido por esta ecuación para avanzar.
¿Por qué? Es mí pregunta, teniendo en cuenta que la propuesta de vida más elevada que se conoce dice de ¡"amar a tu prójimo como a ti mismo"!
Esta es una afirmación cristiana. La Caballa también propone tratar a los demás como queremos ser tratados. Y así, otras tienen sus proposiciones para la universalidad del amor.

Tomo nota que la propuesta cristiana, en la que he sido creado, tiene un tono más "desinteresado" como forma de decir, o más corazón. Y aún la tenga en su base, los cristianos la cuestionan. El mundo del cual vengo vale más la Amistad que el dinero. Así es la referencia de Amor en Sudamérica.

La línea caballista, cómo la puedo entender, ha alentado a la mayor agudeza intelectual, a la luz por los conocimientos, por el éxito profesional, el logro material como formas de afirmación del Ser.
Otros buscan por otras vías, pero sigo con las dos alternativas predominantes en la cultura occidental.

El hecho es que nos encontramos delante de una sociedad calculadora, pero que todavia anhela amar; individualista, más con rasgos de solidaridad; con los valores por el suelo, pero deseando profundamente el Amor. ¿Y entonces?

Feliz día, amigo.

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